Errores más frecuentes en la vida sentimental
En los mapas biográficos, hay que tener bien anotados los escollos de la cartografía sentimental, para no quedarse encallado en sus arrecifes
Equivocarse en las expectativas. Esta suele ser la equivocación de base. las ideas preconcebidas, esperanzas e ilusiones sobre lo que se entiende a nivel general sobre el amor está envuelto, hoy mas que nunca, de confusión. Y por otra parte, no hay que perder de vista que nuestro modo de pensar en este terreno, es la resultante de muchas cosas diferentes: desde la información que hemos ído recibiendo de pequeños, la educación sentimental sí la hubo, las ideas y creencias recibidas. los referentes familiares, los ejemplos cercanos de otras vidas y todo aquello que se ha ido hospedando como suma y compendio de toda la cultura recibida. Todo ello forma el subsuelo donde nos apoyamos. ¿Cuales serían esos errores mas habituales, sobre el uso y el abuso de la palabra amor?:
Divinizar el amor. Hacer de él tal elogio, alzaprimarlo tanto que nos deslumbre y pensemos que las cosas han de ser siempre así. En el amor inteligente hay una visión inmediata y otra mediata, próxima y lejana, cercano y remoto, lindante y retirado. En uno la mirada se concentra en el aquí-y-ahora y en el otro, en el allí-allá-allende. visión de futuro. Mirar por sobreelevación. En los amores medievales, el contacto con la persona amada era escaso y todo transitaba en la idealización y en el recuerdo sublimado en donde la convivencia no existe, con lo que se salta por encima de una de las mas serias dificultades que entraña la vida amorosa. En la divinización del amor entramos en ese mundo mágico y excepcional que es la poesía. que nos ofrece solo una parcela de la realidad sentimental, la mejor. Aquella menos dificil y mas desproblematizada.
Lope de Vega en su soneto “Varios efectos del amor” lo termina resumiendo así:
”Beber veneno por suave licor
olvidar el provecho, amar el daño
creer que un cielo en un infierno cabe
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor. Quién lo probó lo sabe”.
Y un siglo antes, en el XV , Juan de la Encina en uno de sus villancicos nos dice:
“No te tardes, que me muero, carcelero.
Sácame de esta cadena
que recibo muy gran pena
pués tu tardar me condena
carcelero”.
El gran poeta romántico Becquer nos pone delante del enamoramiento y nos deslumbra con sus certeros dardos expresivos, al ofrecernos lo mejor de si mismo. Es decir, que la palabra amor está envuelta de misterio. Con ella, el hombre actual nombra cosas de la mas diversa condición e incluso, llega a conceptualizar cosas que en sentido estricto están bastante lejos del amor. Amar a alguien es decirle tu estarás siempre conmigo e intentaré darte lo mejor que tengo. Lucharé por ello. Me esforzaré. Pero sabiendo que mantener ese fuego encendido depende de que se vaya alimentando a base de cosas pequeñas, diarias, menudas, que le dan esas llamas permanentes.
Hacer de la otra persona un absoluto. Sería como una prolongación del concepto de cristalización que describió Stendhal, pero con algo mas de fundamento. Aquí , se mantiene al otroen una posición excesivamente elevada, lo que lleva a ponerlo en un pedestal psicológico. Pero como la visión que se va a ir teniendo de él es milimétrica, propia de una convivencia cercana, codo a codo, hay mil y una ocasiones de que esta imagen superlativa y se desplome. No de un día para otro, sino de forma gradual. La convivencia conyugal, por diaria, va a ofrecer una panorámica bifronte: sincrónica y diacrónica; del hoy y ahora, presente y perspectiva; y longitudinal, histórica, extendida a lo largo del tiempo. Una y otra se abrazan y configuran una óptima compleja. Es cierto que puede y debe aspirarse a fomentar la admiración, esa es una de las claves para mantenerse enamorado. Pero es una seria equivocación no ver los defectos de esa otra persona y saberlos aceptar como condición sine quanom de lo que es el ser humano. Eso es tener los piés en la tierra.
El amor inteligente es aquel que tiene capacidad de dirigir la vida en común controlando las variables mas importantes que entran en juego en esa operación sabiendo adelantarse, preveer, no entregarse fácilmente a los impulsos de la imaginación. Hoy tenemos ya mucha información a este respecto, lo que está llevando en algunas zonas de Europa a un miedo enorme al compromiso conyugal, al ver los datos de la realidad sobre la mesa. La inteligencia es capacidad de síntesis y esquemas computacionales, que tienen como fín llevarnos a la realidad. situarnos correctamente en las coordenadas de lo que significa la vida de pareja.
la absolutización del otro lleva a concebirlo como parte fundamental de la felicidad personal. Aquí quiero hacer una observación. La felicidad es una operación compleja, proyectiva, que debe estar compuesta de amor, trabajo , cultura, pero ensamblados de un cemento que los une y les da solidez: la coherencia. Los tres tendrán en su momento impactos difíciles y atravesarán baches y alternativas que los pongan a prueba. Cada uno a su nivel. No hay felicidad sín esfuerzos pequeños y continados por enderezar el rumbo de los principales argumentos, cuando estos se desvían de las rutas adecuadas. La inteligencia humana aplicada al amor conyugal nos ayuda a situarnos mejor frente a la afectividad. Consigue una autodeterminación adecuada, que aspira a ir siendo gradulamente mas positiva. No se alcanza de entrada una velocidad de crucero, sino que necesita tiempo para irse mejorando.
Es un fallo bastante generalizado pensar que solo con estar enamorado es suficiente para que el amor funcione. Ese es el principio, el empujón que pone en marcha toda la maquinaria psicológica de los sentimientos y que los comienzos tiene una enorme fuerza. Pero eso tiene validez solo al principio. El amor es como un fuego que hay que alimentarlo día a día. Si no, se apaga. Hay que nutrirlo de cosas pequeñas, en apariencia poco relevantes, pero que están en la falda de lo diario. Cuando se descuidan, antes o después esa relación se va enfriando acaba por llevarse las mejores intenciones. Dicen los economistas, que en los negocios hay que estar muy pendiente de los más mínimos detalles, para que no se den sorpresas. La afectividad se parece también a un negocio, en el que la cuenta de resultados es subjetiva y se mide por unos termómetros privados que nos dicen sí el tema va bien o uno se desvía de la ruta.
La inteligencia afectiva es aquella herramienta psicológica que nos lleva a saber plantear lo que son los sentimientos compartidos y a buscar soluciones. Anticiparse y resolver. preveer y solventar. Facultad para dominarse a si mismo e ir entendiendo la geografía sentimental en su diversidad.Mapa del viaje exploratorio hacia la arqueología afectiva, espacio donde radica lo mas humano del hombre. Desde esos parajes, uno debe esmerarse en concretar planos y aristas y territorios a modificar, enmendar y rehacer lo que no va como es debido.
La vida conyugal necesita ser aprendida. Es de una gran inmadurez pensar que una vez que dos personas deciden compartir su vida, todo irá circulando mas o menos bien, por el solo hecho de la decisión recíproca de estar el uno de acuerdo con el otro; se necesitan, se compenetran, están enamorados, hay un consenso sobre lo básico bien hilvanado. Siendo todo eso importante, a medio plazo va a ser poco. La Convivencia es un trabajo costoso de comprensión y generosidad constantes, en donde no se puede bajar la guardia. Para mi no hay nada tan difícil como esto. Tiene muchos ángulos y vertientes. Sus lenguajes son físico, sexuales, afectivos, intelectuales, económicos, sociales, culturales, espirituales. La integración de todos esos engranajes, su acoplamiento y el que las piezas rueden con cierta fluidez, es una operación en donde hay que poner los mejores esfuerzos.
En la psicología del aprendizaje hay todo un conjunto de reglas que se van a ir cumpliendo para que esa información se archive en la mente y de lugar a respuestas eficaces y certeras, que solucionen conflictos y apaciguen problemas. La inteligencia y la voluntad deben estar aquí especialmente presentes. La primera como ilustración perspicacia, percepción integradora, lucidez reflexiva, vivacidad que mueve a la experiencia y la trae a primer plano para soluciones operativas. la segunda no es otra cosa que la herramienta para luchar deportivamente por vencernos en pequeñas escaramuzas, en batallas afanosas donde se pone el acento en puntos de mira concretos, específicos, el empeño insiste para superar el capricho y el antojo del momento. la inteligencia y la voluntad potencian la libertad y aseguran la diana de los propósito.
Las expectativas demasiado idealistas, ignoran las dificultades de lo que es la convivencia: para mi el tema mas dificil de esta vida. Mas que aprender chino a los cuarenta años. Es necesario saber establecer una reciprocidad positiva, una especie de círculo de satisfacciones bilaterales. intercambio de conexiones y vínculos que hacen mas fácil y agradable la vida al otro. Y todo esto se aprende.
Otra equivocación muy reiterada consiste en desconocer que a lo largo de cualquier relación conyugal , por estable y positiva que sea, han de darse algunas crísis psicológicas. Unas serán fisiológicas o anormales: estadios de crecimiento. Otras, propias del desgaste de la convivencia. Y por supuesto, también aquellas imprevistas y repletas de matices, propias de lo que es la condición humana: éstas necesitarán una terapia concreta según sus características. La persona inmadura se sorprende de unas y otras . la que está mas hecha, relativiza su importancia y se pone a trabajar para corregir y pulir y limar lo que es menester. Es la mirada inteligente sobre la realidad emocional.
Avisos para navegantes. Y no perder nunca el punto de mira. En los mapas biográficos, hay que tener bien anotados los escollos de la cartografía sentimental, para no quedarse encallado en sus arrecifes.
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